Las ruinas arquitectónicas que registra con su lente no son solo muestras de su ciudad sino también de otras muchas visitadas a lo largo de su vida, lo que le da a su trabajo un matiz universal, y a su fotografía un valor conceptual que la define más allá de la mera imagen documental. Su diálogo entre el espacio y la arquitectura destruida muchas veces también involucra al hombre como testigo de su propia desmaterialización, de su declinación inevitable hacia la muerte. En su libro La fotografía como intervención (2012) muestra una selección minuciosa y en su mayor parte inédita, de su obra.

Dentro de sus exposiciones personales cabe destacar las siguientes: El sueño de la razón... (acerca de un capricho) (1994), junto a Pedro Abascal en el Centro Wifredo Lam; El espacio decapitado (1995) en el Centre PasquArt, Bienne, en Suiza; Cuando el deseo se parece a nada (When a Desire Resembles Nothing) (1996) en la galería Art in General en New York y Three Contemporary Cuban Photographers. José A. Figueroa / José Manuel Fors / Carlos Garaicoa (2001) en la Couturier Gallery, Los Angeles, California, entre otras.

La obra más contemporánea de Garaicoa se construye a partir de una vinculación muy interesante de la instalación, el dibujo, el cine, la  fotografía, la escultura; y puede hallarse en galerías, colecciones privadas y museos alrededor del mundo. La urbe, como ha señalado, se convierte en el vehículo más inmediato de comunicación con el espectador, un espacio con posibilidades infinitas que debe ser explorado y connotado sin prejuicios.