En este mes de mayo se respiran en La Habana aires de bienal. La capital cubana celebra la XII edición del evento más importante de las artes visuales en Cuba y con ello se viste de gala para recibir en sus recintos expositivos a artistas nacionales e internacionales quienes, entre la idea y la experiencia, expondrán sus obras en búsqueda de una confrontación diáfana con el público. Las calles habaneras se develan escenario propicio para, desde una posición desacralizadora de los tradicionales espacios de exhibición, lograr esa meta del modernismo de acercar el arte a la vida.
Partiendo de disímiles lenguajes estéticos ha sido comprendida dicha ciudad desde perspectivas utópicas, distópicas y heterotópicas; lo cierto es que cada una de ellas ha nutrido el abanico de miradas, tanto desde el interior como desde el exterior de la Isla. Especialmente fusionando ambas perspectivas Juan Manuel Cruz del Cueto (La Habana, 1985) configura su ciudad natal a partir de su serie NYC 1950: bitácora de La Habana, la cual viene a visibilizar un espacio cargado de connotación política en el contexto cubano. En medio del proceso de restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, el artista entiende su ciudad a partir de una estrecha complementación con la urbe neoyorkina.
